martes, 19 de mayo de 2020

El valor del diseño en un mundo post covid-19.


Nos encontramos en la fase 1 de la desescalada, empieza la nueva realidad.

¿Qué puede aportar el diseño? Pues debería ayudar a perder el miedo a la hora de salir de sus casas e interactuar, ya sea en el trabajo, en su comunidad o estar en espacios cerrados, y es ahí donde entramos nosotros.
Nos encontramos a la espera de una legislación que nos enseñe a cómo debemos comportarnos en un local comercial, bar, etc… o que elementos debemos añadir para evitar un nuevo brote.

Nunca habíamos vivido algo parecido, y es muy difícil coger algún referente para hacernos una idea de lo que podrá pasar en un futuro cercano. Pero  echando un vistazo al pasado, y ver que pasó después de la Primera (después de ésta se fundó  la escuela Bauhaus) y Segunda Guerra Mundial, podríamos decir que se demostró que con menos recursos la creatividad se agudiza considerablemente y no son necesarias grandes inversiones para buscar y encontrar nuevas soluciones.


Pese a la incertidumbre mundial, podemos decir que nos enfrentamos a un nuevo estatus desconocido para todos, incluso para gobiernos e instituciones globales. No es una situación sencilla, ya que, en cada momento, ocurren nuevas situaciones y que poco a poco se van aplicando soluciones para ir frenando los contagios.

Nos vamos a encontrar con un nuevo comportamiento de la sociedad. El distanciamiento social impactará en nuestra percepción a la hora de compartir espacios públicos, o algo tan lúdico como ir de compras.

Ir a comprar. Se convertirá, en algunos casos, en una situación incómoda, ya que nos preguntaremos cosas que antes ni  hacíamos: ¿a qué hora habrá menos gente? ¿cuántas personas habrán tocado este jersey? ¿es solidario que esté en esta tienda, lo cual hace que los empleados (con mascarillas) estén pasando un riesgo? ¿habrán desinfectado la tienda en las últimas horas? ¿ese cliente que está cerca de mí se desinfectado las manos justo cuando entraba en la tienda?


Muchos afirman que cambiaremos nuestros hábitos principalmente de consumo, y se enfocan por ejemplo a que empezaremos a comprar mucho más mediante el canal e-commerce o consumir contenido audiovisual vía streaming. Es decir, que parece que nos quedaremos más tiempo en casa.

¿Qué valor nos aporta un buen diseño? se debería trabajar en dos claras estrategias de diseño: por un lado (para revitalizar nuestra economía), volver a poner en valor los recursos de este país, como nuestra cultura, clima, gastronomía, turismo, nuestra creatividad y las empresas de todos los sectores, entre otros. Todo ello a través de instituciones públicas, clusters,  empresariales y asociaciones. Va a acusarse de manera positiva una tendencia a valorar lo “local”: haremos turismo en lugares más cercanos, sin coger por ejemplo un avión, a consumir mucho más producto autóctono, a “relocalizar” gran parte de la producción (de hecho, el Gobierno está estudiando disponer de fabricación local de productos sanitarios y no depender de terceros) y un largo etc., fortaleciendo, más si cabe, nuestra marca “made in Spain”.


Por otro lado, y muy a corto plazo, mediante la regulación de la seguridad sanitaria y su normativa aplicada, generar el diseño de objetos y espacios que ayuden a romper la
barrera del miedo y eviten a su vez extender los contagios será vital e importante en los próximos meses.

Hay que quedarse con lo más importante, el diseño en todas sus vertientes (gráfico, industrial y de interiores) junto con la arquitectura, van a cobrar un gran protagonismo en esta nueva normalidad, para ayudar así, a esta nueva sociedad, necesitamos interactuar entre nosotros y el mundo físico, y como no, el digital.



Texto extraído de :  Revista CIC Arquitectura y Sostenibilidad, artículo: “El valor del diseño en un mundo post covid-19”. Escrito por Miguel Lozano.

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